Comprar un vehículo en subasta puede ser muy ventajoso, ya que el comprador puede encontrar coches con un precio mucho más asequible. Actualmente, es posible encontrar coches usados de hasta 2 años, con poco kilometraje, con un descuento de hasta el 90%. Además, parece que incluso los coches comprados en subasta que necesitan reparaciones, tienen un valor añadido, teniendo en cuenta que el valor de la inversión sigue por debajo de la tabla.

No obstante, antes de subastarse, todos los vehículos se someten a una rigurosa inspección para detectar cualquier eventual problema. Así, el comprador puede tener una visión general del estado del coche y obtener informaciones más completas que ayuden a tomar una decisión. En el caso de que la información disponible no esté correcta, el consumidor tiene derecho a la devolución total de la inversión.

Todos los vehículos en subasta tienen un valor mínimo de oferta. El valor de partida dependerá de la estructura y el funcionamiento del coche, la cantidad de kilómetros recorridos y la situación del mercado.  Además, la subastadora verifica si el valor solicitado es justo y atractivo.

Los coches subastados no poseen garantía. Sin embargo, si la garantía de fábrica sigue vigente, es posible accionarla normalmente. Tampoco hay un cuidado especial cuando se trata de coches híbridos o eléctricos, ya que siguen las mismas etapas de inspección que los vehículos de combustión.

Pasos a seguir

1º paso – Confirmar si la empresa de subastas es de confianza.

2º paso – Analizar cuidadosamente toda la información disponible sobre el coche, o sea, información escrita, fotos, videos e incluso visitas presenciales para comprobar todos los detalles.

3º paso – Estipular una cuantía que considere justa antes de pujar. Una breve búsqueda puede ser muy útil para el comprador.

4º paso – Ejecutar el pago y programar la recogida del vehículo. Algunas cuestiones pendientes, como la documentación del coche y ciertas reparaciones, sólo se hacen posteriormente.